Tú que vas por la vida,
tan campante y sólita,
regalando sonrisas
y deseando mas que caricias,
buscando el verdadero amor
que no es otra cosa,
mas que amor con vainilla,
cierro los ojos
si mirarte yo quiero,
eres una Doña Quijote sin sombrero,
no te precipites mujer,
dile a tu escudero
que yo llegare,
con esos besos de vainilla
antes que el atardecer
se revista de noche y su arrogante dulzura