Me gusta observar la luna,
sus blancos con sus grises,
sus formas y tamaños,
sus sombras y matices,
mas esa madrugada,
era ellá quien miraba,
¡enorme!,
gigante amarilla,
colosal mirada furtiva,
más que un sol de noche,
caminante nocturna,
temible y preciosa,
cambiante evasiva,
hermosa como ninguna,
gran luna Amarilla.